A menudo veo las luchas por las que he transitado como mis mayores bendiciones, y creo que toda persona realmente reflexiva puede decir lo mismo. Las horas de adversidad son horas que nos hacen fuertes… En este sentido, las condiciones duras pueden ser para todos los individuos como un pequeño toque de pedernal que golpea para encender el fuego real de la vida.
Cada día y en todas partes escuchamos cómo la gente se queja de la miseria de la existencia mientras ante nosotros emerge la imagen de un mundo desmontado del que casi creemos que es así. ¿No es tiempo ya de dejamos imbuir de otros conceptos, crear cuadros diferentes que nos muestren la obra de una mano Divina y que nos lleva hacia su propósito? Una actitud así cambiaría definitivamente todo el sentido de nuestras vidas.